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Roberto Carlos en Lima: El romanticismo sigue vivo

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El cantante brasileño Roberto Carlos, sobre quien no parecen pasar los años, se presentó en el Jockey Club en un concierto lleno de romanticismo, suspiros y emociones.

Las baladas románticas y los mejores éxitos de Roberto Carlos nunca pasarán de moda, así lo demostró el cantante brasileño, quien se robó los suspiros y las ovaciones del público que se dio cita en el Jockey Club.

Con un increíble despliegue de su banda —rozando un nivel casi sinfónico— el intérprete ingresó al escenario con impecable traje azul y ovacionado por el público, demostrando así, que el paso de los años reafirman su vigencia en los escenarios.

El personal de seguridad del concierto, al parecer, debían cumplir con un pedido expreso del mismo Roberto Carlos: hacer que el público permanezca en sus asientos y evitar que se pongan de pie.

Sin embargo, este peculiar pedido no pudo controlar las muestras de afecto, ovaciones, besos volados y suspiros que le regalaron lo asistentes a Roberto Carlos tras interpretas su primera canción: “Emociones”

El cantante brasileño continuó con “¿Que será de ti?”, “Cama y mesa” y “Detalles”, para esta última canción tomó una guitarra y avivó el romanticismo en Jockey Club.

Sin embargo, uno de los momentos más emotivos de la noche, se dio cuando Roberto Carlos recordó como compuso el tema “Lady Laura”, el cual está dedicado para su mamá y “cada año que pasa lo canta con más amor”.

Tras ello, el intérprete continuó con sus éxitos “Mujer pequeña”, “Yo te propongo”, “Cóncavo y convexo” y “Un gato en la oscuridad”, los cuales fueron coreados y ovacionados por los miles de asistentes.

ra interpretar el icónico tema “Amigo”, Roberto Carlos homenajeó uno por uno a los 12 miembros de su orquesta, a quienes catalogó como “los mejores músicos de mundo” y como parte de su familia.

La calma instaurada al inicio del concierto llegó a su fin. Cientos de fanáticos llegaron hasta el borde del escenario para cantar a viva voz la canción “Jesús Cristo”. Además, Roberto Carlos aprovechó en regalarle rosas rojas y blancas a sus fieles seguidores.

Tras este hecho, muchas personas abandonaron el recinto creyendo que ya había terminado el repertorio. Sin embargo, Roberto Carlos tenía guardado lo mejor para el final: la canción “Un millón de amigos”, con la cual se despidió de su público peruano.

Diario Correo