El músico brasileño recibe de manos de su tocayo un disco conmemorativo por los 140 millones de copias de sus álbumes, antes de la que será su primera actuación en España en 35 años.
Dicen que el realismo mágico está muerto y bien muerto, que es cosa del siglo pasado y que no hay lugar para la alucinación cotidiana en 2019. Pero una serie de circunstancias delirantes provocaron que ayer no se supiese muy bien si lo que pasaba en el Hotel Intercontinental era sueño, realidad o una mezcla de ambas. A saber: Roberto Carlos presidió el homenaje a Roberto Carlos. El primero, futbolista; el segundo, cantante melódico; ambos, embajadores de ese gran país, Brasil, que en su bandera luce el lema “Orden y progreso”.
Todo ocurrió en el transcurso de un acto en el que el intérprete de ‘Lady Laura’ y ‘Un millón de amigos’ recibió un disco conmemorativo por las 140 millones de copias que ha vendido a lo largo de su carrera. Aprovechando que su homónimo ejerce actualmente de asistente del club de fútbol Castilla, pareció buena idea que fuese él quien le entregase el trofeo después de una larga ausencia de España. Y es que el concierto que ofrecerá el cantante este jueves en el Wizink Center pone fin a 35 años sin actuar en nuestro país.
Pero lo demencial no acababa allí: por la suite del hotel donde Roberto Carlos -el cantante- atendía a los medios, todo parecía normal. Pero una mirada en profundidad revelaba que la mayoría de los allí presentes vestía principalmente de azul y blanco. Justo como el hombre que cantaba aquello del “gato que está triste y azul”. El cantante había pedido encarecidamente el uso de ambos colores y evitar presentarse ante él con zapatos marrones. Manías cromofílicas y cromofóbicas que fueron aceptadas como un rasgo de la peculiar personalidad ‘robertocarlista’.
Entre tanta circunstancia peculiar, casi se pierde el verdadero motivo de todo: la presentación en España del último disco de Roberto Carlos, ‘Amor sin límite’ (Sony), publicado el pasado año y en el que colaboran Alejandro Sanz y Jennifer López. Música, no podía ser de otra manera, romántica y melódica.
“El amor existe desde que el mundo existe. Y las canciones de amor, con él”, proclamaba Roberto Carlos, vestido de azul y blanco. “Es una reacción espontánea, inevitable, difícil de explicar. El amor no se explica, se siente”. En ese sentido, sostiene que las canciones de amor “son iguales en todos los idiomas”, que no importa si portugués, español o italiano. “Desde que empecé a cantar en español, me ha encantado hacerlo. Y a veces he sentido que determinadas letras las he exprimido mejor que en portugués”, confesó a EL MUNDO en otro momento de la jornada promocional de ayer.
Ése, insistió, es su secreto: “Soy un ser humano que se dedica al arte de cantar y componer. Y que ha conseguido hacer muchas cosas que agradan al público. Siempre digo que tengo el mismo gusto que el público, y esto es una cosa que me ha ayudado mucho”.
Roberto Carlos piensa que las canciones de amor llegan a las personas de muchas formas. “Por ejemplo, el reguetón está basado en el ritmo. Las cosas que se dicen en una balada se pueden decir también en un reguetón… pero de una forma diferente. Las letras son más sencillas y tal vez más agresivas. Pero llegan al público. Y si llega al público, se consigue el objetivo”, planteaba ayer.
Amor, sí, pero también realidad. El cantante no se ha escondido a la hora de mostrar su apoyo al nuevo presidente del país, el controvertido Jair Bolsonaro. “El músico tiene que decir lo que siente, lo que está en su corazón, qué contribución puede ofrecer a través de sus canciones a la gente”, aseguró al final de su encuentro con este diario. “Unos hablan de amor, otros de política. Yo prefiero lo primero, pero tengo mis opiniones también. Por ejemplo, ahora en Brasil, estamos en el principio de un nuevo gobierno. Y sabemos de las dificultades que éste está teniendo para solucionar los problemas antiguos. Pero estamos ahí, con esperanza y pensando de forma optimista para que todo salga bien. Pero yo sigo cantando mis canciones de amor. Y creo que lo que hago ha ayudado también a las personas”.